Vaina...


Parecemos flores disecadas, cordeles oxidados, zapatos reusados...

¿Qué paso con esos peldaños que debíamos conquistar?

Me extrañe cuando empeñaste las llantas de tu velocípedo, lo note, pero hasta entonces no me preocupe...

Lo que no percibí fue que también alquilaste el esqueleto del móvil de nuestros sueños,  mientras yo deje de comprarle el gas a la lámpara que alumbraba nuestras sorpresas.

Sabemos que no debemos culpar a ningún vecino, tampoco a algún desconocido.

Fuimos conscientes de la pifia que nos deterioro poco a poquito.

Hoy estamos que nos miramos y nos cuesta vernos.

¿Existirá alguna solución?

No se puede ir al colmado a comprar una cuarta de ilusión, no se puede pretender que llegara sola la pasión, la efusión de placer.

El corazón no tiene razón, la razón fue que destruyo la fascinación.

Tampoco es cuestión de tener un polo norte en nuestro interior, aun ardemos sin compasión, pero enmudecimos con la monotonía.

Yo he decidido quitarme la ropa, sentarme en la mesa del comedor y recurrir al último recurso honesto que me queda!!!

“Seducir tu verbo”

Category: 0 Descaretados

0 Descaretados: