Mi inocencia, tu astucia…
Mis gemidos, tus placeres…
Mis genitales, tu lengua…
Quién diría que me gustaste por ser libre,
Que no quiero cambiarte…
Pero empiezo a necesitarte…
A pesar de tu rudeza al hablar,
A pesar de tu frialdad ante la gente…
Es que todo lo repones con la dulzura de tus labios…
Me atrapaste entre tus garras; no me importa lo que hagas…
Pero cuando estamos encerradas no podemos estar separadas…
Eres libre…
Admito que a veces te quiero mía… minutos después me río y digo
Para qué? Si lo disfrutamos más siendo libres…
Eres tan diferente… te rodean tanto misterios… tantos secretos… tantas virtudes!
En la distancia… me hace falta tu mirada…
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